Las cruzadas y militantes de Guadalajara (México) tuvieron muchas actividades en julio y agosto del 2017, meses que son la temporada veraniega en esa zona del mundo. Iniciaron con la tanda de Ejercicios Espirituales (retiro en silencio según San Ignacio de Loyola) de las cruzadas.
Para ello se juntaron las cruzadas tanto de Monterrey como de Guadalajara. Por segundo año consecutivo, el retiro se realizó en las Cabañas de la UNIVA (Universidad Católica) en Tapalpa, ubicada en la sierra de Jalisco. Todas salieron muy animadas, comprometidas a dar lo mejor de sí con miras a las próximas actividades.
Estos momentos de retiro y meditación se prolongaron unos cuantos días en el Hogar de Guadalajara durante las convivencias (ocasión en el las cruzadas comparten más tiempo juntas en estudio y oración). Pudieron ir a la Basílica de la Virgen de San Juan de Los Lagos en los Altos de Jalisco, tierra de mártires.
Campamento de Santa María
Pero, eso no fue todo, ya que se llevaron a cabo los Campamentos de Santa María (actividad formativa al aire libre) del 22 al 30 de julio. Se congregaron nuevamente en Tapalpa 60 personas entre cruzadas, militantes y acampadas. Fueron tres patrullas (grupo de participantes) de juveniles (chicas escolares): Cova de Iría, Fátima y Betsabé; y cuatro patrullas de mayores (chicas universitarias): Kejaritomene, Totus Tuus, Coímbra y Magníficat. Las jefas fueron tres cruzadas y cuatro militantes, quienes lo dieron todo al estar al frente de sus patrullas.
Aunque los días fueron muy lluviosos se pudo cumplir el programa de marchas y el Homenaje a la Virgen de Fátima. Las chicas aprendieron que en este nuevo estilo de vida la exigencia se suaviza con pequeños detalles de olvido propio. Durante el campamento las militantes y juveniles descubrieron en María el modelo de mujer.
En el Campamento, las juveniles tuvieron un espacio para la evangelización, llevando su entusiasmo a un pueblo cercano, donde dieron a conocer la Milicia de Santa María mediante cantos, bailes y rezo de misterios del rosario. Para muchas fue un reto de vencimiento al qué dirán, algunas que parecían muy tímidas se vieron animadas por las demás y comentaban las impresiones que causaban a la gente el que se hablara de Cristo y su Madre, se sentían verdaderos apóstoles pues reconocieron que al ser tan jóvenes daban testimonio impactante.
La Virgen se apareció
Además, este año se tuvo una especial dedicación al Centenario de las Apariciones de la Virgen de Fátima. Todos los puntos de oración fueron en torno a pasajes de la Biblia referentes a la Virgen. Además, a mitad del campamento, un día fue dedicado todo al Centenario. Se replicó la procesión de antorchas con la Virgen que se lleva a cabo en Fátima. Sin embargo, por cuestiones de las lluvias, terminó siendo en la capilla.
El equipo de teatro presentó el musical de “Me quedo en la tierra”, en torno a la figura de una Lucía muy humana y que en plena adolescencia no comprende por qué es voluntad de Dios seguir en este mundo mientras sus primos estaban en el cielo. Varias escenas tenían como objetivo llevar a la audiencia a sobrenaturalizar sus propias pruebas, que en muchos casos, eran las que Lucía tuvo que sobrellevar: las incomprensiones, las burlas, la falta de confianza en su testimonio, la soledad, etc.
Para culminar ese día tan especial, las chicas del Campamento de mayores tuvieron una Vigilia de oración frente a la imagen de la Virgen y el Sagrario del campamento.
Todas las cruzadas, militantes y acampadas terminaron el Campamento muy satisfechas con miras a reanudar el semestre y siempre dar más, más y más con la Inmaculada en el corazón.
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